Agua embotellada o agua del grifo: qué dice la ciencia sobre cuándo es mejor cada una

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“Yo compro agua embotellada porque no puedo beber el agua del grifo de aquí: tiene muy mal sabor y está demasiado dura”. Si vives en un municipio de costa en España, seguramente habrás escuchado esta frase para justificar la preferencia del agua en botella en lugar de la del grifo.

Las preferencias del “sabor” del agua son una cuestión muy subjetiva y que es complicado valorar desde el punto de vista científico. Pero, ¿existen situaciones objetivas en las que es preferible consumir agua embotellada antes que del grifo? Esto es lo que los expertos responden a Maldita.es.

Cuando no se pueda asegurar que el agua del grifo sea potable

La situación más lógica para optar el agua en botella antes que la corriente, que puede darse cuando se viaja fuera de España o en caso de avería del sistema público de distribución del agua, es si no podemos asegurar que el agua del grifo es potable y segura.

Según explica a Maldita.es Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), que engloba a 300 entidades públicas, privadas y mixtas que llevan el agua a las casas del país; puede haber situaciones en las que “no se asegura una manipulación higiénica del agua del grifo”. Dentro de estas situaciones, puede ser que la propia agua no sea apta para consumo humano (de manera temporal o permanente) o que al llevarla en recipientes abiertos como jarras se tenga que llevar por sitios donde puede ‘contaminarse’ (que se le caiga una hoja de un árbol, por ejemplo). “Si las condiciones no son oportunas, es preferible suministrar el agua por botellas cerradas”.

En España, el 99,5% de las aguas del grifo son aptas para el consumo humano, según el Ministerio de Sanidad. De hecho, según el informe Calidad del Agua de Consumo Humano en España 2019, las comunidades autónomas con mayor proporción de aguas aptas para el consumo son Murcia (99,76%) y Canarias (99,62%), regiones costeras que desmentirían la cita que abre este artículo. ¿Y a qué corresponde el porcentaje restante, esto es, las que no son aptas para consumir? Morcillo detalla que se debe a “incidencias y accidentes que afectan a la seguridad del agua” y que obligan a avisar a la población de que el agua no es potable.

¿Qué ocurre si bebemos agua del grifo fuera de España? En este sentido, las recomendaciones de viaje que emite el Ministerio de Exteriores son las que mejor pueden orientar de qué regiones y países tienen aguas del grifo seguras y cuáles no. De manera general, existen consejos de seguridad de Sanidad en los que apuntan a que, en caso de duda y si se viaja al exterior, es preferible beber “agua embotellada o debidamente tratada”. Puedes consultar el resto de recomendaciones en esta ilustración, que también aborda cuestiones sobre seguridad de frutas, pescado, helados y repostería.

Dietas bajas en sal: agua embotellada pero de mineralización muy débil

Puede existir casos de salud, como problemas o enfermedades del corazón, donde el profesional médico aconseje seguir una dieta muy baja en sales. Tanto Morcillo como Gemma del Caño, especialista en seguridad alimentaria y farmacéutica, confirman a Maldita.es que, en estos casos y siempre por indicación médica, podría optarse por aguas embotelladas pero no de cualquier tipo: las de mineralización muy débil o directamente desmineralizadas.

Los parámetros de calidad de aguas públicas, su composición y su procedencia pueden consultarse en el portal de Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (SINAC) del Ministerio de Sanidad y en portales dedicados a ello por cada administración autónomica.

Embotellada o del grifo, ambas aguas pasan exhaustivos controles y son seguras en España

A estas dos excepciones para optar por aguas embotelladas, Del Caño añade otras dos: “Que no te guste el sabor o que no tengas un grifo cerca”. “Para todo lo demás, el agua corriente pasa más controles que la embotellada, es más barata y más sostenible”.

Independientemente de nuestra preferencia de hidratación, el portavoz de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), César Casado, confirma a Maldita.es que ambas opciones “cuentan con un elevado nivel de seguridad alimentaria en España y su consumo es seguro”.

En el caso de las embotelladas, se legislan por dos textos legales: uno para regular la elaboración y comercialización de aguas envasadas, y otro para controlar la explotación y comercialización de aguas minerales naturales y aguas de manantial envasadas para consumo humano. ¿Y el agua del grifo? Todos los criterios y parámetros para considerar un agua como apta para el consumo están recogidos en esta otra norma.

Y si ambos tipos de aguas están igualadas en control y seguridad, ¿qué podemos tener en cuenta para desempatar entre grifo o botella? Los criterios de sostenibilidad económica y respeto al medio ambiente: el litro de agua embotellada cuesta mucho más que el litro de la corriente (este artículo de elDiario.es cifra la primera en 0,22 euros y la segunda en 0,002, aunque depende de donde se adquiera cada agua) y lleva consigo una botella de plástico con su inevitable impacto ambiental.

Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de Lanjarón en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.

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