
El Comité de Medicamentos Humanos de la Agencia Europea del Medicamenteo (EMA) ha recomendado la autorización de la primera vacuna española contra la covid, desarrollada por los laboratorios Hipra (Amer, Girona). Bajo el nombre Bimervax, está indicada como dosis de refuerzo a partir de los 16 años de edad en personas hayan recibido una vacuna basada en ARNm como la de Pfizer o Moderna. La gran duda, ahora, es cuántas dosis espera administrar España y si se indicará a un perfil concreto de población o se generalizará como (quinta) dosis de recuerdo el próximo otoño.
Aunque no se han publicado los resultados clínicos de sus ensayos en revistas científicas por el momento, la evaluación de esta vacuna comenzó el pasado 20 de marzo por la EMA. Técnicos de las autoridades de los diferentes estados de la UE ha completado hoy esta evaluación. Han consensuado que, con los datos que Hipra les ha ido dando, es suficiente para dar el visto bueno a la vacuna española como refuerzo, por su eficacia y seguridad.
El ministro de Sanidad, José Miñones, ha valorado la inminente aprobación de la vacuna española de Hipra, que emitirá la UE tras la recomendación técnica de este jueves: “Es un hito científico y sanitario sin precedentes que muestra el compromiso español con la mejora de la salud de las personas, sin dejar a nadie atrás”.
Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Vacunología, Jaime Pérez, cree que estamos ante un hito que podría abrir la puerta a nuevas vacunas españolas. “Esperamos que esto marque un antes y un después con respecto a lo que hemos tenido hasta ahora, que han sido vacunas investigadas y producidas en otros países”. Pérez demanda más recursos para la investigación básica y aplicada.
Qué tiene de especial la vacuna española de Hipra
Bimervax es una vacuna de proteína recombinante, una tecnología ya conocida en biomedicina y de la que hay experiencia en profilaxis contra la gripe, la hepatitis A o papiloma virus. Es distinta a la de ARNm que usan Pfizer o Moderna. También es distinta a la de adenovirus que se empleó en la de AstraZeneca. Hipra introduce fragmentos sintetizados del coronavirus en sus viales. En concreto, el extremo de las puntas del virus, llamadas ‘proteína S’ o espículas. No los ‘pinchitos’ enteros con que solemos dibujar al SARS-CoV-2, sino sus puntas, el llamado dominio de unión al receptor (RBD. Dicho metafóricamente, el relieve de la llave que se introduce en la cerradura de las células para que el virus infecte.
En este caso, esos fragmentos no son infecciosos. Sirven para que las defensas del organismo se entrenen en caso de llegada del virus real. En este punto ya sí funciona igual que el resto de vacunas anticovid aprobadas.
A esta vacuna que no es de ARNm ni de adenovirus se la denomina ‘vacuna de subunidades proteicas’. También la de Novavax –de la que más hemos tenido que destruir por caducar– es de subunidades proteicas.
¿La vacuna española es más o menos eficaz que la de Pfizer o Moderna?
Podríamos desplegar aquí una comparativa de cifras de eficacia tanto en estudios como en el mundo real sobre las vacunas… y no estaríamos siendo del todo fieles a la realidad de la efectividad. Sencillamente porque cada vacuna se ha testado y enfrentado a mundos muy diferentes, tanto en el espacio como en el tiempo.
Como explicaba aquí el profesor y desarrollador de vacunas Luis Enjuanes, esta vacuna no está pensada como primera opción, sino como dosis de refuerzo. Eso no la hace ni mala ni peor ‘per se’. Los resultados de los primeros ensayos clínicos grandes, con 765 voluntarios, indican que una tercera dosis de Hipra genera más anticuerpos que una de Pfizer en personas que habían recibido anteriormente dos dosis de Pfizer.
En un mundo infectado recurrentemente por ómicron, parece razonable centrar los esfuerzos en la parte del virus donde más mutaciones ha acumulado el SARS-CoV-2, que no es otra que el RBD. Con todo, las vacunas de Pfizer y Moderna que se inyectan en España ya están adaptadas a esas mutaciones.
Esta aprobación llega sin que se conozcan públicamente aún los resusltados finales del ensayo en fase III, realizado en una decena de hospitales de España el pasado verano. Sin embargo, la compañía ha venido reportando datos de “alta eficacia frente a las subvariantes“ surgidas tras la primavera pasada.
Desde la Asociación Española de Vacunología, el doctor Fernando Moraga-Llop (Hospital Vall d’Hebron) valora que la respuesta de anticuerpos que ofrece es “muy robusta y duradera, se cree que de unos seis meses”, conforme a los datos aportados por Hipra.
Más crítico es José Gómez Rial, inmunólogo del Hospital Clínico Universitario de Santiago en el SMC de España: “Tiene que demostrar aún que es mejor vacuna que las ya existentes; no hay evidencia suficiente para afirmar tal cosa”. Con todo, está convencido de que se obtendrán “excelentes resultados”.
¿Servirá para todas la variantes?
Esta hubiera sido una pregunta relevante en 2021. Pero llevamos más de un año y tres meses conviviendo con una misma variante: ómicron. Las vacunas de ARNm fueron ya adaptadas tras el verano a ómicron, a dos de sus subvariantes. Y es que su tecnología tiene una ventaja con la que no cuenta la vacuna española de Hipra.
Explica José Gómez Rial que la tecnología de proteína recombinante “no permite una rápida adaptación a los cambios del virus. En este sentido, siempre es más flexible y rápida la tecnología del ARNm”.
La vacuna de Hipra está basada en dos versiones de las proteínas de las variantes alfa y beta, que infectaron fundamentalmente en 2021, y que se pueden considerar extinta. Eso no quiere decir que no sean inmunogénicas –que funcionen– frente a ómicron y su miríada de hijas que constantemente están apareciendo, sin que conlleven más gravedad.
¿Qué efectos secundarios tiene la vacuna española?
Tanto los datos preliminares como los de los ensayos apuntan a efectos secundarios típicos muy similares a los del resto de vacunas. Los ejecutivos de Hipra han sostenido desde hace meses que las reacciones adversas son menores a las del resto de vacunas, pero no está claro si es porque, en sí misma, esta formulación se tolera mejor o porque ya llevamos unas cuantas dosis de otras vacunas puestas y eso ha ‘acostumbrado’ en cierto modo al organismo.
Según la compañía, la ficha o prospecto refiere, sobre todo, dolor en el punto de inyección, dolor de cabeza, cierto cansancio y, en menor medida, malestar general ligado a fiebre, que remite al cabo de dos o tres días.
¿Evita la vacuna española de Hipra la infección por SARS-CoV-2?
No, ninguna aprobada lo hace desde que las variantes con letra griega aparecieron en la escena pandémica. “En todos los ensayos hemos tenido casos covid», reconocía en un encuentro con medios de ANIS Elia Torroella, directora de I+D y Registros de Hipra el pasado julio.
La vacuna española está encaminada a evitar la covid grave. Y, sí, durante algunas pocas semanas tras su administración, puede evitar la infección, pero no se han diseñado para eso.
La otra vacuna española, pública, que desarrollan Luis Enjuanes e Isabel Sola en el CNB-CSIC sí que estaría encaminada a evitar los contagios. De administración nasal, sería de las pocas vacunas esterilizantes que habría en el mundo. Un puñado de proyectos trabajan con prototipos nasales encaminados a generar una potente respuesta de anticuerpos en la nariz, la vía principal de entrada del SARS-CoV-2. Sin embargo, esta vacuna está viendo ralentizado su progreso por las complicaciones y exigencias de los ensayos clínicos.
¿Qué ventaja tendrá en el mercado actual?
La EMA empezó el 29 de marzo de 2022 la evaluación continua de la vacuna, cuya aprobación se esperaba para mediados del pasado año, cuando en Europa contagiaba masivamente la ómicron BA.5. Ahora, cualquier vacuna anticovid que se lance ahora se va a encontrar con un mercado relativamente saturado y desigual. Mientras sea ómicron la variante que predomine, la demanda tenderá a ser baja y la oferta estará copada por Pfizer y Moderna, signantes de los mayores acuerdos de compra en el mundo occidental.
Frente a esas fórmulas de ARNm, la vacuna española de Hipra puede transportarse y conservarse a temperatura de nevera. Es decir, entre 2 y 8 grados, frente a la ultracongelación necesaria para los viales de Pfizer o Moderna. No obstante, esta aparente desventaja también se ha vuelto a favor de las vacunas estadounidenses, pues su fecha de caducidad puede verse prolongada. De hecho, el debate ahora es si podría alargarse su vida útil más allá de la limitación impresa si no se ha roto la cadena de congelación en ningún momento.
¿Cuánto costará?
Oficialmente, no sabemos lo que nos cuesta a los europeos cada vial de Pfizer o Moderna, más allá de algunas filtraciones y estimaciones, seguramente realistas. Respecto a la de Hipra, lo más que sabemos es que será “mucho más económica que las vacunas de ARNm” y que “no habrá problema para responder a la demanda” según dijo Torroella.
¿Dónde se distribuirá?
La conservación refrigerada la convierte en una firme candidata a vacuna para la exportación. Y, en particular, en países donde sea complicada la logística de congeladores.
Por lo pronto, la UE firmó un precontrato con la farmacéutica catalana el pasado agosto ligado a 14 estados, por el que se podrán comprar 250 millones de dosis. No es, sin embargo, una obligación, como sí implicaron los acuerdos de adquisición anticipada que la Comisión cerró con los entonces productores individuales Pfizer-BioNTech, Moderna y AstraZeneca.
La duda es si se distribuirá masivamente en España. Aún no ha habido un pronunciamiento sobre una administración anual de vacunas anticovid entre personas mayores de cierta edad. Es decir, que todos los otoños, se indique a ciertos grupos de riesgo, como ocurre con la vacuna de la gripe. De ser así, sería una firme candidata a dosis de recuerdo. Eso sí, en los congeladores pueden seguir esperando miles de dosis de Pfizer, con quien Europa cerró una compra de 900 millones de dosis en mayo 2021.
Los últimos ensayos tratan de ver si cuánto se pueden espaciar sus dosis y si la respuesta de anticuerpos eficaces puede prolongarse más allá de esos seis meses. “Esto sería muy importante en caso de que la COVID-19 se convierta, como parece que va a ocurrir, en una enfermedad endémica y estacional”, puntualiza Moraga-Llop.
¿Cuánto dinero público se ha puesto en la vacuna de Hipra?
Todas las vacunas han recibido dinero público durante su desarrollo, de un modo un otro, incluidos los contratos de precompra en condiciones de bajo riesgo para las farmacéuticas. El caso de Hipra es algo más singular, pues ha sido una apuesta del Ministerio de Ciencia por contar cuanto antes con una vacuna 100% española, producida dentro de nuestras fronteras. Las ONG especializadas calculan que Hipra ha recibido unos 20 millones de euros en fondos ministeriales y del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, sobre todo.
Las vacunas del CSIC también han tenido un aporte de dinero público –por su propia naturaleza–, pero la opción de Hipra se presentó como la más realista si se quería tener en el mercado un producto antes de que la OMS declarase el fin de la emergencia de salud pública por la covid.
Las organizaciones Salud por Derecho, Médicos del Mundo, Asociación por un Acceso Justo al Medicamento (AAJM), Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) y No Gracias acaban de pedir al Gobierno que asegure el retorno de la inversión pública que ha realizado en la vacuna de la empresa española.

Fuentes
Agencia Europea del Medicamento, recomendación del CHMP
Jaime Pérez, AEV
Fernando Moraga-Llop, Vall Hebron Institut de Recerca, AEV
Elia Torroella (Hipra)
Salud por Derecho