Denunciar acoso, conseguir información o que te acompañen en caso de violencia machista: así funcionan los puntos violeta

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puntos violeta

Denunciar agresiones, abusos o conseguir mera información. Los puntos violeta creados por el Ministerio de Igualdad sirven para poner el foco en las violencias machistas y combatirlas de forma social. Esto quiere decir que cualquier persona podría acudir a uno, ya sea para denunciar, para pedir información o para protegerse de una agresión machista.

“Un punto violeta es un instrumento promovido por el Ministerio de Igualdad para implicar al conjunto de la sociedad en la lucha contra la violencia machista y extender, de forma masiva, la información necesaria para saber cómo actuar ante un caso de violencia contra las mujeres”, explican en la página web del Ministerio de Igualdad.

Estos puntos violeta suelen habilitarse en eventos multitudinarios, como en fiestas de pueblos por iniciativa de los ayuntamientos o en discotecas y lugares de ocio, además de en calles o espacios concurridos.

Cómo funcionan los puntos violeta

Mónica Monar, coordinadora de Violencia de Género en la Asociación de familias y mujeres del mundo rural (AFAMMER), explica que la intención de estos puntos es “ayudar, informar, aconsejar o, incluso, acompañar, a mujeres que hayan sufrido algún tipo de violencia machista”. “La idea es darles apoyo y ayudarlas a llamar a los sitios que correspondan tras la denuncia pública”, asegura.

Por ejemplo, la Generalitat Valenciana publicó una guía sobre qué eran los puntos violeta y cómo actuar en el caso de que una persona se acerque a ellos para denunciar un hecho. Tal y como recoge el documento, el punto violeta es “un espacio tranquilo e íntimo, donde tranquilizar a la víctima al tratarse de un momento extremadamente delicado”. 

Además, la guía contempla que la víctima cuente lo ocurrido, ya sea para identificar al agresor o para pedir a las autoridades pertinentes que acudan al lugar. En cualquier caso, la guía recomienda contactar con la Red de Centros Mujer 24 Horas para que sea atendida por especialistas.

Desde el Ministerio de Igualdad explican a Newtral.es que lo que hacen es “facilitar las herramientas, en este caso el material y la información de los puntos violeta, para que tanto administraciones locales como entidades privadas los habiliten si los consideran necesarios”.

Aplicaciones que localizan puntos violeta

Y existen otras formas de ayudar a las víctimas. Monar explica que desde su organización han desarrollado una plataforma para que las mujeres puedan localizar a través de una aplicación puntos violeta en ciudades o pueblos.

“Colaboramos principalmente con los ayuntamientos, a los que informamos de que existe este sistema”, asegura Monar. “Pretendemos dar apoyo preferentemente a las víctimas del medio rural que pudiesen estar en riesgo por algún tipo de violencia machista. Recordemos que el medio rural tiene menos recursos humanos y materiales comparado con las poblaciones mayores”, apunta.

Para Ana Burgués, profesora del Departamento de Sociología en la Universidad de Granada y miembro de la Red MeToo Universidad, “los puntos violeta son una responsabilidad institucional, un espacio seguro en el que se puede ayudar a víctimas de violencia machista pero también prevenirla”, al ser un lugar visible al que se puede acudir para evitar el acoso.

Voluntarios y autoridades: quiénes ayudan a las víctimas

Aunque pueden existir puntos violeta permanentes, también los hay localizados en un tiempo y espacio, como, por ejemplo, en fiestas patronales. Monar explica que las personas que están trabajando o colaborando en los puntos violeta tienen formación sobre cómo ayudar a las víctimas y cómo actuar.

Desde Igualdad matizan que son las entidades, ya sean de la Administración Pública o del ámbito privado, las que organizan estos puntos violeta. Es por ello que en cada uno de ellos puede haber voluntarios o autoridades.

“Por ejemplo, si son las fiestas de un pueblo y los puntos violeta los pone el Ayuntamiento en algún local o carpa público, puede haber presencia de Protección Civil o Guardia Civil para atender a las personas que acudan”, asegura Monar.

Burgués destaca que las personas que se encuentran ahí “no suelen ser policías”, por lo que deben tener una formación basada en la evidencia científica sobre cómo tratar con las personas que acudan. “Con víctimas de violencia de género suele haber un cuestionamiento a la víctima, y cuando no hay un posicionamiento claro de la institución esto se extiende a las personas que se pongan del lado de la víctima”, asegura. 

Ya sean camareros de alguna discoteca o voluntarios en fiestas de un pueblo, la profesora de Sociología opina que el proceso de atención debe ser riguroso y basado en la evidencia científica.

Fuentes

Ministerio de Igualdad

Protocolo de la Generalitat Valenciana

Mónica Monar, coordinadora de Violencia de Género en la Asociación de familias y mujeres del mundo rural (AFMMER)

Ana Burgués, profesora del Departamento de Sociología en la Universidad de Granada y miembro de la Red MeToo Universidad

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