El Mundial femenino de fútbol que se disputa este verano en Australia y Nueva Zelanda ha cambiado la sede para el partido inaugural entre Australia y República de Irlanda debido a la alta demanda de entradas.
La FIFA ha reaccionado a una alta solicitud en uno de los países organizadores llevando el primer encuentro al Stadium Australia -conocido como ANZ- en Sidney, donde pueden superar los 100.000 espectadores, reorganizando el calendario previsto.
El estadio ANZ tiene capacidad para 83.500 espectadores, pero gracias a su construcción puede multiplicar su aforo, como demostró siendo sede de los Juegos Olímpicos de 2000, donde solo en la ceremonia inaugural se congregaron 114.714 personas. Aunque nunca ha llegado a su tope de 120.000 espectadores, sí ha superado con creces los 100.000 en diferentes ocasiones y deportes, como rugby y atletismo.
“Será el mejor Mundial de la historia”
Tras analizar las consecuencias del cambio de sede, la FIFA ha anunciado su intención de organizar «el mejor Mundial de la historia». La Secretaria General, Fatma Samoura, insistía en que este acontecimiento con unos 100.000 espectadores ayudará a que este mes de fútbol, entre el 20 de julio y el 20 de agosto de 2023, «nunca se olvide».
El otro partido inaugural, que disputarán Nueva Zelanda y Noruega en Eden Park (Auckland), se disputará en un recinto con capacidad para 45.000 espectadores.
Este anuncio de la FIFA se produce días después de conocer el alto ritmo de venta para todo el evento. A mediados de enero, este organismo ya comunicó que se habían vendido más de medio millón de entradas.
Además de espectadores locales de ambos países organizadores, la institución recalcó la gran demanda desde países como Estados Unidos, Inglaterra, Catar, Alemania, China, Canadá, República de Irlanda y Francia. «Esto pone de manifiesto el gran atractivo y pasión que genera en los aficionados de todo el mundo», explicaron.
