La medida del Gobierno para reducir el IVA del precio de algunos alimentos ha resultado costosa e ineficaz a la hora de compensar a las familias más pobres ante la rápida pérdida de poder adquisitivo por la elevada inflación, según un informe de Esade. Aunque la rebaja del IVA se ha trasladado en su inmensa mayoría a los precios –sin beneficiarse, por tanto, las grandes superficies–, la reducción de los precios se traduce en un ahorro anual estimado de 40 euros, el 0,3% del gasto en un año para los bolsillos de los hogares menos pudientes.
Esta es la principal conclusión del último informe del Centro de Política Económica de la escuela de negocios Esade (EsadeEcPol). Los autores del estudio, que han evaluado los dos primeros meses de la medida económica, apuntan a políticas focalizadas en transferencias a hogares de rentas más bajas como alternativa a la reducción del IVA del Gobierno, una ayuda de la que se beneficia, de forma indiscriminada, toda la población.
Cobertura o eficiencia: el dilema del Gobierno para compensar a las familias por la subida de precios
El encarecimiento de los costes de las cadenas de suministros mundiales tras la pandemia de la COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania han provocado que las economías europeas estén experimentando tasas de inflación no vistas en la Unión Europea (UE) desde hace décadas.
Los altos precios tampoco dan tregua en España donde el último dato de la inflación subyacente –el índice de precios que no tiene en cuenta la energía ni los alimentos elaborados– sigue disparado: 7,5% en marzo.
Para compensar a las familias ante la rápida pérdida de poder adquisitivo, el Gobierno se encuentra ante un dilema entre cobertura y eficiencia del gasto. Como destacan los autores del informe de EsadeEcPol, “la aprobación de ayudas para hogares de renta baja se ha revelado históricamente como una política difícil de implementar y gestionar, lo que suele derivar en que solo un pequeño porcentaje con derecho a estas prestaciones acaban solicitando y percibiendo las mismas”. De esta forma, el Gobierno optó por la rebaja del IVA para garantizar una cobertura total a costa de beneficiar también a hogares con más recursos.
Dos meses de rebaja del IVA en los precios de los alimentos: se aplica bien pero afecta poco
El Gobierno anunció a finales de diciembre de 2022 una rebaja del IVA del 4% al 0% de los alimentos de primera necesidad –como frutas, huevos, leche, legumbres, pan, quesos, tubérculos y verduras, excluidas carne y pescado– y una disminución del 10% al 5% para aceites y pastas los primeros seis meses del 2023, hasta julio. Una medida que se revocará si la tasa de inflación subyacente de marzo, publicada en abril, queda en una cifra inferior al 5,5%.
Pasados casi tres meses desde su entrada en vigor, los investigadores de EsadeEcPol, Miguel Almunia, Javier Matínez y Ángel Martínez han elaborado un análisis a partir de los datos de la plataforma Datamarket, que incluyen los precios diarios de todos los alimentos en las páginas web de grandes superficies que acumulan un 40% de la cuota total de mercado.
El informe observa dos elementos principales. El primero, que las grandes superficies han trasladado, al menos durante los meses de enero y febrero analizados, la práctica totalidad de la rebaja del IVA a los precios de los alimentos. Y el segundo, que el impacto de la medida es modesto en comparación con el shock inflacionario. La medida “supone un alivio equivalente al 0,3% del gasto total de los hogares con menor renta, y un porcentaje menor (0,13%) para los hogares con mayor renta”. Una medida, por tanto, modesta, pero distribuida de manera progresiva: supone un ahorro mayor para los hogares de renta baja en proporción a su gasto total.
“El objetivo principal del estudio era analizar si la rebaja se ha trasladado a los precios, lo que en efecto ha ocurrido al prácticamente 100%”, incide Ángel Martínez, economista investigador en EsadeEcPol. “Si no hubiera pasado así, el impacto de la reducción del IVA sería del 0%, el principal temor que había sobre esta política”.
Este requisito esencial también aparece en el artículo 72.3 del Real Decreto-ley 20/2022: “La reducción del tipo impositivo beneficiará íntegramente al consumidor, sin que, por tanto, el importe de la reducción pueda dedicarse total o parcialmente a incrementar el margen de beneficio empresarial”.
El leve impacto de la medida se debe a la modesta reducción del IVA y al bajo porcentaje de renta que destinan las familias a comprar los alimentos afectados
Que la medida haya beneficiado solo al consumidor y no a los supermercados no significa que el efecto distributivo de la rebaja del IVA en los hogares sea muy elevado. Los expertos del informe observan dos motivos principales: por un lado, el esfuerzo fiscal no es demasiado ambicioso en comparación con la elevada inflación y, por otro, los hogares destinan un pequeño porcentaje (menos del 8% las más ricas y menos del 4% las más pobres) de su gasto en los alimentos afectados por la reducción del IVA.
“De una rebaja de cuatro puntos es difícil esperar un gran impacto”, asegura el economista de EsadeEcPol. Según su análisis, el crecimiento de los precios de todos los productos (afectados y no afectados por la medida), continuó con su tendencia alcista en los dos primeros meses de 2023. Además, a finales de febrero de 2023, los precios de los alimentos cuyo IVA se redujo habían recuperado prácticamente (99,1%) el nivel de la última semana de diciembre.
La ayuda es insuficiente frente a las transferencias directas a las familias de rentas bajas
Viendo los escasos resultados de la rebaja del IVA, los expertos valoran otras soluciones para aliviar el efecto de la elevada inflación a las familias que más sufren su impacto. “Una política focalizada de transferencia de rentas a hogares más pobres hubiera sido más efectiva desde el punto de vista distributivo, y más barata desde el punto de vista presupuestario”, indican. Otra opción habría sido ampliar los productos afectados por la rebaja del IVA.
No obstante, los expertos admiten la dificultad que entraña realizar transferencias directas a familias con menos recursos. “Hay un gran porcentaje de hogares pobres que no reciben las ayudas, por la dificultad de acreditar esta falta de recursos o por los trámites burocráticos”, explica Martínez. Con la rebaja del IVA del precio de los alimentos, el Gobierno garantiza que todos (vulnerables y no vulnerables) reciben la ayuda. ¿El problema? El Ejecutivo paga un peaje: el 50% de los ingresos que han dejado de entrar en las arcas públicas han supuesto un ahorro para los hogares de los cuatro deciles superiores de la distribución, los hogares con más capacidad económica.
“En vez de seguir elaborando este tipo de medidas, aconsejamos mejorar el sistema fiscal para que las tasas de cobertura de ayudas directas (como el Ingreso Mínimo Vital) superen el 80% de los hogares vulnerables para no dejar tanto dinero en ayudar a las familias que, en realidad, no lo necesitan”, añade el economista del EsadeEcPol. En cualquier caso, los analistas entienden que es “muy difícil” conseguir tasas tan altas, aunque consideran que es la alternativa viable para evitar la ineficiencia de iniciativas indiscriminadas.
Fuentes
Análisis de EsadeEcPol: La reducción del IVA en los alimentos básicos: evaluación y recomendaciones
