Irregularidades en las obras de la A-333 variante de las Angosturas

En la mañana del pasado veintisiete de diciembre, los vecinos de la aldea del Tarajal fueron sobresaltados por el estruendo de una fuerte explosión cuyo origen eran las obras de la variante de las Angosturas, en la carretera A-333, que la Junta de Andalucía está ejecutando en Sierra Leones. Tras varios avisos se personaron en el lugar varios agentes de Medio Ambiente, comprobando que no se están llevando a cabo las medidas cautelares que recoge la autorización ambiental unificada para esta obra. En concreto, una de las condiciones recogidas en dicha autorización es la prohibición de realizar voladuras y movimientos de tierras durante el periodo de cría del águila perdicera. Así, se establece que «deberán realizarse las voladuras necesarias y los movimientos de tierras entre los PP.KK. 1+000 y 2+500 entre los meses de junio a noviembre». Las voladuras se estaban haciendo fuera de los puntos kilométricos señalados, muy cerca de los mismos, pero los movimientos de tierra los estaban haciendo dentro de la zona limitada, poniendo en riesgo la reproducción de una especie catalogada como vulnerable e incumpliendo los condicionantes ambientales que deben tenerse en cuenta durante la ejecución de esta obra.

Por otra parte, tal y como advertíamos en las alegaciones que en su día presentamos al proyecto de esta carretera, se han terminado produciendo afecciones al yacimiento arqueológico romano “Cortijo de los Cipreses”, que han acabado provocando la modificación del trazado viario previsto. Este yacimiento, junto con otros que pudieran haberse visto alterados, ya estaba recogido desde 1999 en el Catálogo de Yacimientos de la Carta Arqueológica de Priego de Córdoba, un documento público en el que nos basamos desde Ecologistas en Acción para elaborar dichas alegaciones. La Junta de Andalucía, sin embargo, y de manera temeraria, insistió en mantener el trazado de la carretera sobre el polígono de protección del yacimiento arqueológico, con las consecuencias de todos conocidas. Un trazado algo desplazado hacia el sureste habría evitado la excavación arqueológica en extensión y los sobrecostes y perjuicios producidos por la modificación del proyecto.

Otro desafortunado acontecimiento en materia de conservación afecta al patrimonio paleontológico. Los movimientos de tierras y desmontes asociados a las obras de la carretera están destruyendo un afloramiento rocoso de ammonitico rosso, abundante en fósiles característicos de la Era Secundaria subbética, como ammonites y belemnites, sin cautelas de ninguna clase. Esta unidad estratigrafía se ubica en el collado de las Angosturas, y en el muy cercano Geoparque de las Sierras Subbéticas es valorada como uno de los referentes geopaleontológicos locales a nivel europeo y mundial.

Los dos primeros casos, relativos a materia medioambiental y patrimonio arqueológico, estaban presentes en las alegaciones de Ecologistas en Acción. El tercero se ha concretado ahora como una destrucción sin más.

Desde Ecologistas en Acción no entendemos que no se tuviesen en cuenta las alegaciones presentadas en su momento, en tiempo y forma y, a la vista de los resultados, totalmente justificadas. Nuestro colectivo defiende los valores patrimoniales (de naturaleza o de cultura) que enriquecen nuestro territorio. Esto es lo que queremos para Priego de Córdoba, porque estamos a favor de una evolución sostenible, a pesar de las críticas de aquellos que nos llamaron, y llaman, ecocentristas. Porque hemos estado a favor de la mejora de la carretera A-333 sin modificar el trazado actual, para evitar los desatinos enunciados, minimizar el impacto medioambiental que está suponiendo esta obra y ahorrar un coste desorbitado que bien podría dedicarse a otras cuestiones más necesarias, como una mayor apuesta por la energía renovable, la resolución de los vertidos de aguas residuales al río Salado o la mejora de los servicios básicos de salud o educación. Y porque estamos convencidos de que otro mundo es posible.

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