Un tercio de las muertes por isla de calor en ciudades se evitaría plantando más árboles

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Palma es la ciudad con más margen para recortar mortalidad por isla de calor con árboles | Shutterstock

Plazas duras, asfalto, ladrillo y cristal. Estos son los ingredientes que, cada vez más, han amasado la ciudad española del siglo XXI. La receta del urbanismo que ha ido imponiéndose desde los sucesivos booms de la construcción está escalfando las ciudades. El llamado efecto isla de calor se agrava y provoca muertes en verano por la ausencia de árboles. Y ahora, un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha puesto cifras sobre la mesa.

Más del 4% de la mortalidad en las ciudades europeas es atribuible a las islas de calor, según un estudio de 93 ciudades, en las que seis de las peor retratadas están en España. Publicado en The Lancet, estima que hasta un 35% de las muertes por isla de calor podrían evitarse si los árboles cubrieran el 30% del espacio urbano.

La exposición al calor extra se asocia con “más mortalidad prematura, enfermedades cardiovasculares o respiratorias”, explicaba el coautor del estudio Mark Nieuwenhuijsen en una entrevista con Newtral.es en 2021. Los ingresos hospitalarios se incrementan durante las olas de calor, pero también con temperaturas altas sostenidas, aunque no sean tan extremas.

El 60% no tiene zonas verdes cerca

“Las ciudades son especialmente vulnerables a las altas temperaturas”, explica desde el ISGlobal de Barcelona la primera autora del estudio Tamara Iungman. “La menor vegetación, la mayor densidad de población y las superficies impermeables de edificios y calles, incluido el asfalto, provocan una diferencia de temperatura entre la ciudad y las zonas circundantes”. Ese efecto isla de calor.

Ya no es sólo la contaminación de las ciudades. “Las predicciones basadas en las emisiones actuales (de gases de efecto invernadero) revelan que las enfermedades y muertes relacionadas con el calor se convertirán en una mayor carga para nuestros servicios de salud en las próximas décadas”, afirma Iungman, en línea con otros estudios que han medido el impacto de las olas de calor y las noches tórridas en la mortalidad, al margen del efecto isla de calor.

El estudio subraya los beneficios sustanciales de plantar más árboles en las ciudades , aunque los autores reconocen que esto puede ser difícil en algunas ciudades debido a su diseño, y que plantar árboles debe combinarse con otras intervenciones como tejados verdes u otras alternativas para reducir la temperatura.

Seis ciudades españolas, entre las peores de Europa

¿Cuántos grados de más suma el efecto isla de calor a las temperaturas estivales? O, dicho de otro modo, ¿cómo de peor es vivir en una ciudad con pocos árboles? El estudio calcula que la urbe es 1,5 grados más caliente sólo por esa ‘campana’ de calor de media. Pero hay sitios donde se dispara hasta los +4,1ºC, como en la ciudad rumana de Cluj-Napoca, los 3,3ºC de Génova o los 3ºC de Málaga, la ciudad española peor retratada en calor pero con menor margen para mejorar, pues tiene bastantes árboles.

En todas las ciudades analizadas, el 75% de la población total vive con una diferencia de temperatura media en verano superior a un grado, sólo por el hecho de estar en una urbe. 2 de cada 10 europeos de ciudad padece hasta 2ºC extra respecto a su área rural circundante.

Esto se traduce en 6.700 muertes prematuras ligadas a temperaturas urbanas en verano, lo que representa el 4,3 % de la mortalidad estival y el 1,8 % de la mortalidad durante todo el año.

En general, las ciudades con las tasas de mortalidad por temperaturas más altas se encuentran en el sur y el este de Europa. Son lugares particularmente afectados por las olas de calor estival y donde la cobertura de árboles es más efectiva, frente a los países escandinavos, donde apenas se apreció ese efecto.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal estimó las tasas de mortalidad de las personas mayores de 20 años entre junio y agosto de 2015. Luego recopiló datos sobre las temperaturas diarias del campo y de la ciudad, para comparar ese efecto isla de calor, en cuadrículas de 250 m2.

Los árboles salvan vidas en la ciudad

Una de cada tres de estas muertes (2.644 en total) podría haberse evitado aumentando la cubierta forestal hasta en un 30%. Sencillamente, los árboles son bastante buenos reduciendo las temperaturas, explica Nieuwenhuijsen, director del proyecto. La cubierta arbórea de sombra podría paliar hasta un 39,5% de todas las muertes atribuibles a temperaturas urbanas más altas. En concreto, el 1,8% de todas las muertes de verano y el 0,4% de las muertes durante todo el año.

“Nuestro objetivo es informar a los y las responsables de las administraciones locales de las ventajas de integrar zonas verdes en todos los barrios para promover entornos urbanos más sostenibles, resilientes y saludables“, explica Nieuwenhuijsen.

Málaga es la ciudad española donde más impacta la mortalidad por isla de calor pese a tener ya una buena cubierta de árboles | J. Romero

“Aquí solo analizamos el efecto de los árboles sobre la temperatura, pero aumentar las áreas verdes en las ciudades tiene muchos otros beneficios para la salud, como incrementar la esperanza de vida, reducir los problemas de salud mental y mejorar la función cognitiva de las personas”, precisa Iungman.

El estudio se quedó sólo en 2015. Tras aquel año vinieron otros más cálidos y con peores olas de calor, como 2022, en lo que parece una tendencia clara que se está estableciendo como normal. Así que esa puede ser una limitación 'a la baja' de este estudio. Kristie Ebi (Universidad de Washington), que no participó en el estudio, valora que “con el cambio climático proyectado aumentará la frecuencia, intensidad y duración de los eventos de calor extremo; se deben comprender las intervenciones más efectivas, particularmente el desarrollo y la implementación de sistemas de respuesta y alerta temprana de olas de calor”.

Este investigador es tajante: “Nadie debería estar condenado necesariamente a morir por calor”

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