ZTF, un cometa verde y ‘neandertal’ que viene para despedirse de la humanidad

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Astrofoto del cometa verde ZTF en 2023 | Tognarini, Shutterstock

Cómo ver el cometa verde, a simple vista

  • Aléjate de la luz de la ciudad y elige una noche despejada.
  • Evita las horas de Luna. Busca cuándo sale y se pone en tu cielo.
  • Si estás en el hemisferio boreal, mira hacia el norte, donde está la Osa Menor. El cometa ZTE se verá a su izquierda (antes del amanecer) o a su derecha (en las primeras horas de la noche).
  • Es más brillante hacia el 1 de febrero, pero tendrás que madrugar un poco para evitar la Luna.
  • Con prismáticos o un telescopio, podrás ver detalles como su cola.

Un cometa verde nos visita estos días. Descubierto hace algo menos de un año, se puede observar a simple vista hasta la segunda semana de febrero. Lo más llamativo es que, si no se sabía de su existencia es porque los humanos ‘modernos’ apenas lo conocimos. Su parámetro orbital sugiere que la última vez que el llamado ‘ZTF’ pasó cerca de la Tierra fue hace 50.000 años, época de neandertales.

Tras una oscuridad de 50 milenios (siempre con cautela, pues el cálculo es muy estimativo), en marzo de 2022, una inteligencia artificial percibió algo brillante en el cielo que ‘no debía’ estar ahí. Los astrónomos Bryce Bolin y Frank Masci se pararon ante esa alerta del algoritmo. Aquello debía de ser un asteroide acercándosenos. Pero algo no cuadraba. Una densa y brillante cabellera lo delató como un cometa verde. Se terminó bautizando como C/2022 E3 ZTF.

Las letras ZTF que acompañan al sobrenombre de ‘cometa verde’ responden al Zwicky Transient Facility, un proyecto que mira a los cielos con una cámara de última generación situada en California. Desde entonces, el cometa verde ha sido monitorizado desde casi todas las partes del mundo. Una de esas personas que lo ha seguido es el experto en meteoritos (ZTF no lo es) Josep Maria Trigo (ICE-CSIC).

El cometa C/2022 E3 (ZTF) anoche, 22-01-2023.
Aunque la cola iónica perdió mucha estructura, en el apilado sigue siendo visible. pic.twitter.com/YcIcniMkCX

— Javier Caldera (@javicalderaa) January 22, 2023

“Las observaciones realizadas desde nuestro grupo de investigación y el Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC) muestran que en las últimas noches ha incrementado su luminosidad y durante unos días podremos observarlo a simple vista antes de que regrese a su oscuro y recóndito rincón en el Sistema Solar externo”, quizás para siempre. O, incluso, se desintegre.

Trigo explica todos los pormenores del cometa verde en un artículo en The Conversation.

Cómo y cuándo observar a simple vista al cometa verde ZTF

El cometa verde C/2022 E3 (ZTF) es visible desde finales de enero, preferentemente en el hemisferio norte. Una buena referencia ahí es la constelación Osa Menor. La punta de la cola de la osa está marcada por la estrella polar, la única que no cambia de sitio en toda la noche. Así pues, si tomamos una brújula (como la del móvil) y miramos al norte, encontraremos esa referencia.

A partir de ahí, dependiendo del día y de la hora, veremos a ZTF hacia la izquierda o derecha de la Osa Menor, y siempre entre la Jirafa (Camelopardalis) y el Dragón. El día de mayor brillo del cometa verde será el 1 de febrero. Sin embargo, la Luna ya estará muy crecida para esa fecha y puede complicar las horas de observación.

Lo ideal ese día es localizar a ZTF pasadas las 5:40, hora en que ya no nos molestará la luz lunar. Hacia las 6:00, el cometa verde estará casi alineado a la izquierda de la estrella polar. Una manera de localizarlo rápidamente es a través de una aplicación móvil que se valga de su brújula, como el software libre ‘Stellarium‘.

Si no nos apetece madrugar tanto, otra opción es aprovechar las primeras horas de la madrugada de finales de enero, cuando la Luna (no tan crecida) se oculta entre las 3 y las 4. El resplandor lunar y de la contaminación lumínica de las ciudades son los peores enemigos (nubes aparte) de la observación a simple vista del cometa verde.

Podemos ver a C/2022 E3 (ZTF) como una especie de mancha difusa en el cielo. No esperes una imagen como la que sale de los telescopios ni algo que se mueva por el cielo como un bólido. Con unos prismáticos sí notarás algún detalle más, como el característico color verde… que en el fondo es sólo una ‘ilusión’.

Un cometa verde no tan verde

Lo más característico de un cometa es su cola. Aparece cuando se acercan al Sol. A diferencia de los asteroides, que están hechos de roca, los cometas son una amalgama de roca, polvo, gases de carbono y hielo. Y ni la roca ni el hielo son verdes ‘per se’.

Explica el profesor Trigo que “cuando los hielos que forman parte del cometa se subliman, expulsan chorros de gas que arrastran partículas de polvo (de micrómetros a centímetros). Las emisiones de gas y polvo varían según la exposición de los hielos del núcleo cometario, por eso resultan astros caprichosos, con una apariencia a menudo cambiante”.

Entre los componentes del cometa están el carbono diatómico y cianógeno que sí pueden brillar en verde según cómo incida la luz solar. Al impactar luz ultravioleta sobre el dicarbono, la molécula se rompe y emite una luz verdecina en la cola.

“Las fotografías con seguimiento que hemos realizado –dice Trigo– muestran esa cola fina y extendida varios grados (dos lunas llenas juntas representarían un grado angular), siempre en dirección contra el Sol. Tanto visualmente como mediante prismáticos (tipo 7×50 o 12×50) o telescopio, esa cola iónica resulta muy difícil de ver, porque es muy tenue”.

El cometa ZTF estará muy bien posicionado desde el hemisferio norte, y se hará circumpolar (visible toda la noche) durante las dos últimas semanas de enero y la primera de febrero. En esa primera semana de febrero comenzará a verse desde el hemisferio sur.

La localización actual del cometa entre las constelaciones puede verse rápidamente en la carta celeste ofrecida por The Sky Live. Una vez dejemos de verlo pueden pasar varias cosas: que tengamos que esperar otros 50.000 años o más para divisarlo de nuevo. O que, dada su órbita, termine por salir ‘despedido’ de la influencia solar y no vuelva nunca más.

“Los cometas son los gatos del sistema solar, son esponjosos y hacen lo que quieren. Pueden hasta desintegrase”.

Bryce Bolin, descubridor del cometa ZTF

Dice su descubridor, Bryce Bolin en The Boston Globe que “los cometas son los gatos del sistema solar; hacen lo que quieren; hasta tienen esponjosidad como ellos”. Tienen comportamientos peculiares, como fragmentarse o desintegrarse estén o no cerca del Sol. “Reconozco secretamente que me encantaría que pasase eso al ZTF”, dice su descubridor. “Ahí es cuando la ciencia se pone más interesante”.

En qué se diferencia un cometa de un asteroide

Asteroides, cometas y meteoritos son cosas muy distintas pero de origen similar: son escombros de las ‘obras de construcción’ del sistema solar. Sólo los avistamos cuando están cerca de la Tierra, pero viajan millones de kilómetros.

Los meteoroides son los más pequeños (de hasta 50 metros de diámetro, por lo bajo). Pasan a considerarse ‘meteoritos‘ cuando entran en la atmósfera de la Tierra y caen en su superficie. Si no lo hacen y se desintegran en las capas altas, los llamamos ‘estrellas fugaces‘ (típicamente, del tamaño de un grano de arroz o menos).

Los meteoroides a veces son desprendimientos de asteroides. Los asteroides son ‘pequeños’ objetos rocosos que orbitan alrededor del Sol. No llegan a ser planetas por varias razones. La mayoría se encuentran en el cinturón de asteroides, una región situada entre Marte y Júpiter. Pero también pueden pasar por otros lugares del sistema solar y se nos acercan.

“Los cometas no constituyen un peligro, pero cada cientos de millones de años alguno puede golpear a la Tierra”

Josep M. Trigo, ICE-CSIC

Los cometas suelen originarse en el cinturón de Kuiper, en el sistema solar exterior, y a medida que viajan hacia el Sol empiezan a descomponerse. El calor evapora o sublima el hielo, deja a su paso un halo de polvo y gas alrededor del núcleo denominado coma. Al moverse, origina una cola que puede llegar a alcanzar de millones de kilómetros. 

Dice Trigo que afortunadamente estos rápidos visitantes tienen mucho espacio entre los planetas para desplegar sus colas y sorprender a los humanos sin constituir un peligro. “Sin embargo, no pretendamos permanecer ajenos pues cada pocos cientos de millones de años alguno de tamaño kilométrico podría tener cartas para golpear la Tierra”.

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